50 AÑOS DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

 

Hola amigos. Ya ustedes saben que el 10 de diciembre se alzarán muchas copas por la salud de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Por qué? Es que esta Declaración cumple sus bodas de oro.

Para informarnos más sobre la Declaración, en mi colegio se organizaron muchas actividades. Hubo concursos de dibujo y redacción, conferencias, trabajos en arena, juegos. Yo, para saber un poco más, participé en algunas de las conferencias. Nos dijeron que luego de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial se fundó la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, para tratar de evitar la guerra y vivir en un clima de paz y seguridad. Su objetivo era también encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los pueblos y fomentar la cooperación económica, social, cultural y humanitaria entre los Estados miembros. Inicialmente sólo firmaron el Estatuto 50 países. Ellos se comprometían a trabajar juntos para mantener la paz, estableciendo relaciones de amistad basadas en la igualdad, la justicia y la libertad.

También vimos una película-documental sobre la Segunda Guerra Mundial. Nos dijeron que luego de los horrores vividos en guerra, se estableció una comisión para que trabajara en la preparación de los principios generales para el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Los derechos humanos ya no eran considerados una cuestión de cada país. Por eso, la Declaración elaborada por esa comisión fue adoptada por la ONU en París, el 10 de diciembre de 1948. Nació así la Declaración Universal de los Derechos Humanos, hace precisamente 50 años.

Luego, nos dijeron que ya casi todos los países han suscrito la Declaración. Por eso están obligados a defender los derechos fundamentales y a proteger a los ciudadanos. Asumen la defensa de la vida, la libertad, la seguridad personal y el respeto por la vida privada. Así mismo, se prohíbe la esclavitud, y se garantiza el acceso de todos a la justicia.

Existen también otros derechos a los cuales se comprometen, como reconocer la libertad de pensamiento, conciencia y religión, de opinión, expresión y organización. La Declaración garantiza también el derecho al trabajo, a un salario justo, la sindicalización y la emigración, salvaguardando el derecho a la educación y la salud.

Luego de la conferencia, pienso que la Declaración de los Derechos Humanos es una de las páginas más bellas de la historia humana, un gran ideal para los pueblos de todas las naciones. ¡Qué bonito sería el mundo si los derechos fueran cumplidos! Pero, desafortunadamente, los Derechos Humanos aún no son respetados en muchos países. Por ejemplo, hay miles de niños que mueren de hambre.

Sin duda, todos tenemos que hacer un esfuerzo para conocer y respetar los Derechos Humanos, y de esta manera a construir un mundo más justo, libre y fraterno.

Mayurí